Seguros de vida ahorro


Seguros de vida ahorro

El seguro de vida ahorro combina un seguro de vida riesgo (es decir, la cobertura del fallecimiento o invalidez de la persona asegurada) y un plan de ahorro. Estas pólizas, también conocidas como seguros de supervivencia, suelen tener el tomador, el asegurado y el beneficiario del seguro en la misma persona, ya que está pensado para que, en caso de que el contratante sobreviva al finalizar la póliza, pueda cobrar el capital garantizado que ha ido ahorrando. Esto puede hacerlo bien a través de un único pago, en el que se le abona toda la cantidad de dinero ahorrada de golpe, o en pagos periódicos, equivalente a recibir un salario mensual.

Comparador de seguros de vida

Este tipo de seguros de vida también permite contratar una cobertura en caso de fallecimiento del asegurado, por lo que, en caso de que se hayan establecido a terceros como beneficiarios, estos podrán cobrar la indemnización correspondiente. Si el asegurado no estableció beneficiarios, la indemnización irá a parar a los que, según el testamento de la persona en cuestión, hayan sido designados como herederos.

Dentro de los seguros de vida ahorro también hay distintos tipos:

  • Plan Individual de Ahorro Sistemático (PIA): los PIAs nacen con el objetivo principal de constituir una renta vitalicia para el asegurado, ya que, al cobrar su plan de esta forma, los intereses generados quedarán libres de impuestos, siempre que se haga –como mínimo- después de 10 años de su contratación. Este tipo de seguros de vida ahorro también puede rescatarse de golpe (es decir,  como capital total o parcial), aunque esto no tiene mucho sentido porque, en ese caso, sí habría que tributar por los intereses generados. Otra de las características de estos seguros es que la aportación anual está limitada a 8.000 euros, y nunca se podrán superar los 240.000 euros como aportación total a un PIA.
  • Plan de Previsión Asegurado (PPA): este tipo de seguros de vida ahorro es similar a un plan de pensiones, ya que se usa para poder contar con ahorros después de la jubilación. La principal diferencia con estos planes es que el capital estará garantizado (siempre cobrarás la prestación), con un interés fijo que siempre te dará la misma rentabilidad. Aunque no está exento de impuestos (las prestaciones y aportaciones tributarán como rendimientos del trabajo), sí que es posible conseguir una reducción fiscal en la base imponible del IRPF por las aportaciones realizadas. Esta reducción será la menor de estas dos cantidades: 8.000 euros anuales o el 30% de los rendimientos del trabajo del asegurado. Además, también se pueden conseguir reducciones adicionales en la base imponible de hasta 2.500 euros si el cónyuge es tomador de la póliza y gana menos de 8.000 euros; y de hasta 10.000 euros si las aportaciones se realizan a favor de un familiar con discapacidad. A la hora de cobrar el PPA, se puede hacer de tres maneras: como capital en un solo pago, de manera periódica (por ejemplo, como una renta mensual) o combinando estas dos opciones: se cobra una cantidad de golpe y, el resto, de manera periódica.
  • Seguro Individual de Ahorro a Largo Plazo (SIALP): se trata de un seguro de vida ahorro en el que los intereses generados quedarán exentos de impuestos, siempre que se cumplan estas características: que se haya mantenido el seguro durante, al menos, cinco años y que la aportación anual no supere los 5.000 euros. El SIALP (cuyo equivalente en los bancos es la Cuenta Individual de Ahorro a Largo Plazo, CIALP) solo podrá rescatarse de manera total y como capital, es decir, no admite rescates parciales y el dinero ahorrado se pagará de una sola vez.